esnlenfrdeit

 

Castidad


Mucho se ha hablado sobre la castidad y sus ventajas para Nosotras, las Dóminas, pero a mi entender esta afirmación precisa de algunas aclaraciones:


 
 

 
 

En primer lugar insistamos en que la castidad reafirma al sumiso en su condición, pues entrega a su Dómina el control de su bien más preciado, aquel para el que vive y que le mantiene en permanente obsesión: su actividad sexual, que para los hombres es -por sus características antropológicas- sinónimo de eyaculación.

En segundo lugar la castidad tiene -al menos para Mí- el doble valor de encauzar los primitivos instintos de los hombres hacia comportamientos más racionales, a alejarlos de su continua obsesión por el sexo, pues al saber que este no estará presente -al menos durante el período de castidad- prestarán mayor atención y dedicación a lo que realmente da sentido a su existencia: la entrega incondicional a Nosotras.

Respecto de la duración del período de castidad también hay diversidad de opiniones, aunque Yo tengo clara cuál es mi preferida:

Castidad definida en el tiempo, esto es cuando la castidad tiene una fecha de comienzo y de término establecidas. Aunque siempre puedes prolongarla en cualquier momento el tiempo que desees, en la mente del sumiso sigue imperando, en esencia, su característica obsesión por el sexo al conocer una fecha en la que podrá volver a eyacular.
Castidad indefinida en el tiempo; mi favorita. El sumiso conoce la fecha de comienzo pero no la de término, lo que le lleva -con la debida concienciación- a despejar de su mente la posibilidad cualquier práctica sexual, centrando así su atención en Nosotras y -debidamente entrenado- darnos el mejor servicio que le es posible.
Castidad permanente: no requiere más aclaraciones sobre en qué consiste. Personalmente no me gusta pues suele provocar al sumiso una profunda frustración que, si bien aleja sus deseos sexuales, suele llevarle a un estado de idiocia que prácticamente lo convierte en inservible para nuestros fines.
Para finalizar, decir que aunque es muy habitual la castidad controlada por dispositivos de diversa índole más o menos agresivos, personalmente prefiero la castidad palabra de honor, es decir, aquella en la que el hombre se compromete a guardar íntegramente y sin necesidad de ayuda externa para lograrlo, recurriendo exclusivamente a su voluntad de servicio, entrega, obediencia y sumisión.


 
 

SUSCRÍBETE A MI BLOG


 

 
 
 
 

 

 

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar

 

SÍGUEME